Muere el pulpileño José Guirao, ex ministro de Cultura

Un gran embajador de su tierra y gran gestor cultural, ha fallecido en Madrid a los 64 años

El exministro de Cultura, el pulpileño José Guirao, ha fallecido esta madrugada en su domicilio de Madrid tras haber padecido una enfermedad los últimos 16 meses tal como ha comunicado la Fundación Montemadrid, institución en la que dirigió la Casa Encendida y de la que salió para dirigir el ministerio en 2018. Su llegada a la cartera se produjo tras la dimisión de Máximo Huerta, nombre elegido por Pedro Sánchez para ser su primer ministro de Cultura tras la polémica de Huerta por un escándalo fiscal. Guirao llegó como segundo nombre, pero rápidamente se convirtió en un nombre respetado y querido por toda la industria. De hecho, su sustitución fue lamentada por todo el sector, que pidió que se mantuviera al frente.

Hay que destacar que era un enamorado de su tierra de nacimiento, Pulpí. En una entrevista de La Actualidad realizada por Samuel Pérez dejó frases como «Cuando estoy fuera me acuerdo de El Pichirichi y La Fuente, porque nací allí y tengo recuerdos maravillosos de mi infancia y de la gente con la que compartí a lo largo de esos primeros años de mi vida” o «He corrido el Toro de Fuego todos los años salvo los que no he podido acudir a las fiestas por motivos de trabajo, y mi sitio preferido siempre es en una de las esquinas de la Glorieta”

 

En un obituario no pueden faltar datos. Aquí van: de 1983 a 1987 fue el responsable de Cultura de la Diputación de Almería. En 1988 ocupó el cargo de director general de Bienes Culturales en la Junta de Andalucía y puso en marcha el proyecto del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. De Sevilla pasó a Madrid, donde durante un año fue director de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura. Y en 1994 lo nombran director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Fue el encargado de licitar la ampliación del museo, proyecto que ganó el arquitecto francés Jean Nouvel. También ocurrió en su tiempo de director el rocambolesco extravío de la escultura de 38 toneladas del artista Richard Serra. La pieza sigue en paradero desconocido. En 2001 tomó el timón de La Casa Encendida, espacio social y cultural de referencia en Madrid al cuidado (hoy) de la Fundación Montemadrid, de la que fue director general, lugar de que volvió cuando fue destituido como ministro de Cultura, después de un año de gestión. Lo nombraron el 13 de junio de 2018. José Guirao ha sido, además, patrono de la Fundación Federico García Lorca, de la Fundación Antonio Gala y de la Fundación Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella. Pero más allá de datos y expediente, José Guirao dinamizó a su manera cuanto intervino con unos modales de hombre hecho a no perder las batallas que importan y a no malversarse en debates baldíos. Igual para su oficio en la administración que para articular exposiciones. Conocía la mecánica del diálogo. Sabía desplegar su mercancía con audacia. Esquivaba la petulancia. Defendía el hedonismo. Creía en la responsabilidad de la política para mejorar el ámbito de lo público. Y sabía que haber nacido en su pueblo lo hacía más mundano: «Yo soy de pueblo, pero puedo decir que la cultura de Pulpí, donde nací, es absolutamente cosmopolita, un lugar de gente muy abierta, con sentido de la ironía.»

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