El golf, una de las ofertas que más ingresos aporta

El turista de golf multiplica por tres los ingresos del de sol y playa

golfista

Jugador de golf.

Los turistas de golf, según aseguran los expertos del Instituto de Investigación en Economía Aplicada (IREA), gastan tres veces más al día que los de sol y playa. Se calcula que su gasto medio es de 150 euros, en tanto que el otro tipo de turista no llega a los 50 euros de media. Pero si se habla de un jugador español, aún se disparan más esas cifras, ya que su desembolso puede incluso alcanzar los 340 euros.

Ello se debe a que el turista de golf español, a diferencia de los europeos, destina habitualmente parte de sus gastos a actividades que no están relacionadas con este deporte, como son el alojamiento, la restauración y las compras. La edad media de este perfil de turista ronda los 40 años, así como un alto nivel socio cultural y adquisitivo. Dicha institución igualmente señala que Murcia y Almería se encuentran en pleno auge en lo que respecta al desarrollo de nuevos proyectos ligados al golf. La Región de Murcia cuenta en la actualidad con seis campos de golf y 4.312 federados. La mayoría de los jugadores de golf que llegan a España se alojan en hoteles o apartamentos, y de acuerdo con los datos facilitados por el Irea, a través de su publicación trimestral, lo hacen en marzo, abril y octubre, fuera de la temporada estival (de sol y playa).

Por otra parte, nadie puede dudar que el golf y todo lo que le rodea, está de moda, igual que la proliferación de campos y complejos inmobiliarios dedicados a este deporte. En la actualidad hay más de 270 campos en toda España y otros 150 en proyecto, entre los cuales se encuentran los que se instalarán en la Marina de Cope y en otros puntos de Águilas y Lorca. Y es que, las cifras hablan por sí solas, más de 10 campos verán la luz en la geografía aguileña en un plazo máximo que no debería pasar los 10 años.

Los campos de golf atraen cada año a unos 803.000 visitantes cuyo gasto medio diario ronda los 140 euros diarios. Los complejos dedicados a este deporte incluyen hoteles, restaurantes y zonas de ocio.

Los gobiernos, los ayuntamientos y, principalmente, las empresas privadas son los entes que promueven la construcción de este tipo de infraestructuras y las presentan como parte importante de sus políticas de desarrollo. Mientras tanto, en la calle las posturas están divididas y las distintas opiniones se hacen oír. Para aquellos con un punto de vista contrario, un campo de golf equivale, básicamente, a destrucción del paisaje natural, despilfarro de agua y ánimo de lucro. Sin embargo, un análisis más detenido de estos aspectos, sobre todo del que tiene que ver con el tema del agua, demuestra que ciertas creencias no se ajustan por completo a la realidad.

En una región como la murciana, el tema del agua cobra una especial relevancia y genera gran sensibilidad entre la población, de forma que se critica fuertemente a todo aquello que supone un gasto innecesario de ésta. Sin embargo, los campos de golf pueden verse exentos de culpa puesto que, frente a la extendida creencia de que un campo de golf supone un gasto desmedido de agua, existen una serie de datos altamente reveladores. Por ejemplo, si comparamos el gasto que supone el riego de una hectárea de tomates y de una hectárea de un campo de golf descubrimos que, en el caso de los tomates se emplea exactamente el doble de agua que en el segundo. Además, a ese coste habría que sumar el gasto que supone desalinizar esa agua.

Dicho de otra forma y teniendo en cuenta las 15.000 hectáreas de superficie que ocupan los campos de golf españoles, el agua que se emplea para su riego equivale, en proporción, a menos de un 1% del agua que se emplea para el regadío, en concreto, a un 0,4%. Además, según la ley, los campos de golf sólo pueden ser regados con agua reciclada o proveniente de pozos no potables, de manera que se evita el empleo de agua apta para el consumo. Teniendo todo esto en cuenta, se comprueba que no es tal el gasto en agua de los campos de golf como en ocasiones se cree. La valoración respecto a la viabilidad o no de este tipo de instalaciones en una zona determinada se completa, en parte, con el estudio de los datos que se refieren a la rentabilidad económica que generan. Siguiendo la comparación anterior, se puede decir que mientras que una hectárea de regadío produce al año unos 3000 euros, una hectárea de un campo de golf puede llegar a rentar, sumando los ingresos directos e indirectos, unos 200.000 euros.

Una docena de campos de golf en el término de Águilas

En el término municipal de Águilas se han proyectado, además de Marina de Cope, una treintena de planes parciales y 9 convenios urbanísticos. Es difícil saber el número exacto de campos de golf que se ubicarán en estas actuaciones, principalmente porque se pueden ubicar más de uno (iniciación y profesional) en un mismo complejo. Entre otros campos de golf, destacar los que se llevarán a cabo dentro las actuaciones urbanísticas Microbell, una de las más ambiciosas que se realizarán en Águilas, con 287 hectáreas; Urci; Fortuna Golf; “ La Cola” o Playa del Arroz, estos dos últimas situadas antes de llegar a Calabardina.

En cuento a Marina de Cope, se han proyectado un total de seis campos de golf con dieciocho hoyos cada uno. En este sentido, hay que destacar que contarán con una desaladora propia para asegurar su riego, con lo que se cierra la polémica vertida por político y asociaciones que decían que el agua del derogado trasvase y la producida por las desaladoras planteadas para la agricultura sería para el turismo.

Por otra parte, estos campos de golf utilizarán técnicas avanzadas de preservación y manejo de los recursos, de manera que estas zonas tendrán un bajo coste de manutención.

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