‘La Mussona salía en el Carnaval antiguo recordando su inmortalidad y la dualidad hombre-bestia’

Este psicólogo de profesión realizó, en los noventa, un minucioso estudio antropológico con el que recuperaba la tradición de este personaje que, a día de hoy, es uno de los más queridos del Carnaval
Pregunta.- ¿Cómo surge la idea de retomar a este personaje después de permanecer ‘dormido’ para los aguileños?
Respuesta.- Pues haciendo las encuestas a los mayores de 60 años dentro de un estudio antropológico para hacer el libro de la historia del carnaval, empezaron varios encuestados a hablarme de este personaje dual: bestia y músico con un nombre característico “Mussona” y una cancioncilla que se le cantaba, así como muchas anécdotas sobre como llevaba churros en la cola y como cuando quería cogérselos este se revolvía y asustaba a niños y mayores. Viendo más la etimología de su nombre que derivaba probablemente del Latín Musso: Hablar entre dientes, murmurar, zumbar de abejas, vacilar, titubear, decir entre dientes. A nivel de significado es el que más paralelismos nos parece que encierra partiendo de la base de que esta palabra viene por derivación, evolucionando en el lenguaje popular, y perviviendo a espaldas de la cultura oficial . Y que eso es precisamente lo que hacia la Mussona, murmurar y gruñir entre dientes… seria la “Murmuradora o la Gruñidora”.
Ante esta joya antropológica, mi deseo fue “revivirla” para nuestras fiestas y que tuviese un lugar privilegiado.
P.- ¿En qué año surge ese acertado ‘renacimiento’?
R.- En el 1999 tras varios años de ir sembrando la idea. Es de suponer que consultó diversas fuentes para documentarse acerca de este personaje, su historia y la repercusión que tuvo, en su día, para el pueblo de Águilas… ¿Podría relatar ese proceso?

P.- Es de suponer que consultó diversas fuentes para documentarse acerca de este personaje, su historia y la repercusión que tuvo, en su día, para el pueblo de Águilas… ¿Podría relatar ese proceso?
R.- Como decía antes fue fruto de un estudio de encuestas a casi 100 personas y su posterior volcado y estudio de estas respuestas con un tratamiento cuantitativo y cualitativo a nivel Sociológico, así como de consultas a expertos de historia antigua, filología clásica, mitología, estudios arquetipales y otras ramas del saber para estudiar por ejemplo los paralelismos con otras fiestas y poder delimitar un poco sus orígenes.

P.- Debe ser todo un orgullo luchar por algo y no sólo conseguirlo, sino que sea un rotundo éxito. ¿Cómo se siente por ello?
R.- Es sobre todo una satisfacción recuperar esta maravilla de arquetipo que entronca tan profundamente con el espíritu de lo carnavalesco y de las antiguas máscaras y mamarrachos de nuestras fiestas. Y la prueba es que ya desde el primer año, pego fuerte en el gusto de la gente y pronto fue una tradición que parece que no se hubiera perdido nunca. Es pues fruto de un esfuerzo colectivo por mantener nuestras tradiciones y nuestras más profundas raíces.

P.- Cuente un poco su relación con el Carnaval de Águilas…
R.- Pues desde que tengo memoria me vestía en mi casa de lo que fuera ayudado principalmente por mi abuela Carmen y mi madre, y me iba por la calle de Floridablanca y de los Arcos visitando a familiares y vecinos, algún año después ya me subía a la puerta de la Iglesia del Carmen a unirme al resto de máscaras y correr cuando venía la policía hacia el cabezo.
Luego me anime participar en la recuperación del desfile y con otros amigos-as creamos la peña de los Ratoninos, con las que nos llevamos varios años premios a la Fantasía.
También inventamos que el carnaval empezara al sábado por la noche, cosa que no se hacía y para fomentarlo se me ocurrió hacer un pasacalles desde dos lugares del pueblo siguiendo a un personaje Don Carnal y otras a Doña Cuaresma y que tuviesen una batalla dialéctica frente al
Ayuntamiento y se tiraran cascarones de carnaval , para no perder esta costumbre de esclafar cascarones que se estaba perdiendo . Ese mismo año se convirtió en un éxito y lo hicimos solo con el apoyo de varias peñas y personas del carnaval de la noche y las bandas de tambores y cornetas, así como la asociación del Ferrocarril.
A los pocos años colabore coordinando y escribiendo parte del libro sobre la Historia de los Carnavales de Águilas y hacer estudios para conseguir que fuera declarado de interés turístico Nacional. Y al poco propuse la idea de recuperar la Mussona.

P.- ¿Qué cree que tiene de especial este personaje que le hizo decidir un día que no debía faltar en nuestra ‘gran fiesta’?
R.- Nuestra Mussona salía año tras año en el Carnaval recordando su inmortalidad y la dualidad hombre-bestia, la tradición le hacía pasar de padres a hijos y había algunas familias que todos los años lo representaban. Carnaval tras Carnaval, año tras año, ha mantenido un nombre propio que le diferencia de otro tipo de máscaras , y por las posibles derivaciones tanto en la palabra “Mussona”, como en su atuendo y simbología, podemos sospechar y casi afirmar que pervive al menos desde las fiestas tradicionales del mundo Greco-Romano, es un simbolismo mismo de las Saturnales, ya que durante estas fiestas se producía por una parte una inversión en los órdenes del mundo, sobretodo de tipo social y de sexo y por otra parte eran fiestas de desenfreno en las cuales se dejaban salir de alguna forma todos los instintos animales que perviven en la psicología humana.
P.- ¿Con qué apoyo contó cuando propuso su idea?
R.- Pues cogió el desafío que yo llevaba varios años planteando Toñi la vocal del Carnaval de la noche de la Federación con el apoyo de otros miembros de la Junta Directiva de la Federación de Peñas de Carnaval de la mano de Mari Ángeles y presidida por Manolo Amador . Salimos del Castillo convocada la gente de la noche y ese primer año con un grupo de teatro que ayudo a escenificarlo de la mano de Juan María que fue la primera Mussona que lo escenifico. Destacar también la ayuda de la Asociación de Amigos de las Tradiciones del Garrobillo , que fue inestimable, ya que hicieron un gran esfuerzo al recoger la tradición ancestral de hacer sonar las caracolas en ciertas fiestas de nuestro folklore como para las “Lumbrerás” de San Juan y de San Pedro (Festejando la entrada del Solsticio de Verano, en la noche más corta del año ). En esta noche también de tradiciones y fuego, como es la “Suelta de la Mussona” quisimos recuperar esta tradición en la que la tierra y el mar se unen y se buscaron las antiguas caracolas en las casas de campo ( que también sirvieron para avisar de los peligros) y se enseñó a gente joven de la Cuadrilla a sacarles su música y su bramido ancestral. ( Conviene recordar que esta costumbre de tocar las caracolas es también única y un vestigio vivo de las tradiciones de nuestro pasado, no existiendo paralelismos en España ). Con ellas y con su arcaico y profundo sonido nos convocaron desde lo alto del Monte del Castillo de San Juan de las Águilas y se sacó de sus calabozos a la Musona acompañada del hombre-músico y las bajamos con antorchas desde el castillo en una procesión abigarrada de Bramadores de caracolas envueltos en negras túnicas , acompañantes con Antorchas y Bengalas ( allí estuvo Pepe Lajarin animándonos en compañía de su mujer ) y un grupo de amigos del carnaval de la noche y de gentes vestidas con pieles, cuernos, barro , tela de saco y estopas, flores y hojas secas , bastones y cráneos, y tambores a ritmo frenético , recordándonos la mascarada más antigua y las raíces de nuestro pasado cultural .

P.- ¿Piensa que ha merecido la pena?
R.- Creo que ha merecido la pena, porque es una pieza clave de nuestras fiestas y de nuestro pasado y por qué nos hace sentir como los hombres estamos unidos a nuestros antepasados y a sus costumbres y tradiciones. Además es precioso ver las caras de los niños y de los no tan niños, cuando baja con el bramido de las caracolas desde el castillo.
Creo que merecería la pena dedicar alguna sala del Castillo a que sea la “mazmorra de la Mussona” y tener una pequeña exposición permanente sobre el personaje para que lo conozcan las personas que nos visiten en otras épocas del año. Así como hacer el esfuerzo de que nuestras fiestas sean ya reconocidas como de interés turístico a nivel internacional, pues pocos lugares pueden aportar tantas visiones diferentes del carnaval en una misma localidad.