San Felipe volverá a desfilar en la Última Cena del Paso Morado casi un siglo después
La escultura de Nicolás Salzillo, que se custodiaba en el Fondo Cultural Espín, ha sido cedida este lunes a la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón
La solicitud de devolución se apoyaba en un informe del Archivo Municipal que planteaba la “conveniencia de que un bien artístico que se encuentra desgajado del conjunto volviera a ocupar el lugar que le corresponde”
Fulgencio Gil Jódar, alcalde: “De forma extraordinaria y, por la expectación que ha despertado su vuelta, la talla procesionará este Jueves Santo”
La Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, Paso Morado, ha recuperado este lunes la imagen de San Felipe que se custodiaba en el Fondo Cultural Espín. “La talla, de Nicolás Salzillo, se incorpora de forma extraordinaria al grupo escultórico de ‘La Mesa de los Apóstoles’, la que en Lorca conocemos como ‘La Última Cena’, en el cortejo del Paso Morado, este Jueves Santo”, ha afirmado el alcalde, Fulgencio Gil Jódar.
El Paso Morado reivindicaba desde hace largos años la vuelta de la talla a la cofradía. La petición la sustentaban con un amplio documento que incluía un informe del Archivo Municipal que planteaba la “conveniencia de que un bien artístico que se encuentra desgajado del conjunto volviera a ocupar el lugar que le corresponde”, como firmaba el archivero municipal e investigador, Manuel Muñoz Clares.
A la cesión, que se llevaba a cabo en el Museo de Arte Sacro Nicolás Salzillo, il maestro, del Paso Morado, acudía el alcalde; el presidente del Paso Morado, Ángel Latorre Boluda; el director del Instituto de Turismo de la Región de Murcia, Itrem, Juan Francisco Martínez; el presidente de la Fundación Mediterráneo, Luis Boyer Cantó; la vicepresidentade la fundación, Rosa Peñalver; y el director de la fundación en Murcia, Antonio Rubira.
Gil Jódar ha insistido en que “de forma extraordinaria y por la expectación que ha despertado su vuelta la talla procesionará este Jueves Santo”. Y ha recordado el interés del Paso Morado por incorporar al grupo original, del que sólo quedan nueve efigies salidas de la gubia de Nicolás Salzillo, la de San Felipe. “El grupo escultórico lo realizó Salzillo en 1700 para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Murcia, conocida popularmente como ‘los moraos’. Se cree que ésta pudo ser la primera obra hecha en esta ciudad. En 1763 al contar la cofradía con un nuevo grupo hecho por Francisco Salzillo, el primitivo fue vendido a la Hermandad del Santísimo Cristo del Socorro de Lorca”.
‘La Mesa de los Apóstoles’ o ‘La Santa Cena’, como se le conoce en Lorca, es la primera obra documentada en la que se aprecia el peculiar estilo de Nicolás Salzillo. Procesionaba el Jueves Santo, día en que preside el Paso Morado, sobre trono del maestro Soriano, realizado en los años 50. Es el grupo más antiguo de cuantos salen en las procesiones lorquinas. En 1953 volvió a salir en un nuevo trono, una vez rehechas y restauradas las imágenes de vestir que habían sido destruidas o dañadas en la Guerra Civil.
En 1796 cada una de las imágenes estaba en poder de determinadas familias que, como camareras de ellas, las conservaban en sus casas y las reintegraban a la cofradía para los desfiles procesionales. Las imágenes seguían siendo propiedad de la cofradía, pero por el mal estado en que se encontraban fueron entregadas a los señores camareros, quienes costearon su restauración, pero sin otro derecho que el de tenerlas en su poder, conservarlas y vestirlas, sin perjuicio del derecho de propiedad que pertenecía a la cofradía.
Estos antecedentes eran reseñados en un acta notarial de 1867. En el expediente también se detallaba que “no hay duda acerca de la continuidad de la Hermandad del Socorro en la actual Cofradía del Cristo del Perdón, Paso Morado, y por tanto ésta heredó los derechos, prerrogativas, obligaciones y el ajuar artístico que aquella tenía: idéntica sede, presidencia de iguales procesiones, la misma imaginería procesional… Y entre ese ajuar se encontraba el paso escultórico de ‘La Última Cena’.
El grupo escultórico está incompleto en cuanto a las obras originales, aunque Manuel Carrillo y José Gerique Roig lograron suplir con su gubia las efigies perdidas de Nicolás Salzillo.