¡¡Qué bien te conservas!!!

Qué bien te conservas¡ Es una frase que llevo escuchando durante un tiempo y que significa dos cosas: que estoy espléndida y que soy mayor, muy mayor. Pero voy a ponerle una cruz encima al próximo que me lo diga. Yo no me conservo, las mujeres no se conservan.Se conservan los arenques,el atún, los tomates, la Preysler y Walt Disney.

Pero yo no, yo soy una mujer que está viva, yendo y viniendo y no congelando la sonrisa para no arrugarme. Y creo esto sirve para el resto de las mujeres que están vivas y pasan de los 50 años y que casi ninguna parecemos «viejas».

Por supuesto, la idea de que una mujer sólo es válida a cierta edad y con un tamaño y densidad de tetas según las leyes de la publicidad,es la visión de marketing de los hombre(y algunas mujeres) cortitos todos y con sifón. Que hay mas de los que quisiéramos. A las mujeres se nos exige y me temo que también nos autoexigimos, unos niveles de «conservación» física que (como en casi todo lo demás)son injustos y desiguales con respecto a los que les pueden «exigir » a los hombres en el mismo terreno. «A las mujeres se os cae el pecho y el culito cuando llegáis a cierta edad», me dijo un sujeto fofo, fondón y sabe Dios con que hardware fuera de servicio,y me lo dijo con una soltura que me helaba la sangre.¿Es que no se ve este tipo en el espejo???

Quizá nosotras tengamos mucha culpa de esto. Cuántas veces hemos mentido diciendo que lo que antes miramos de un hombre son las manos, los ojos, como si los pectorales, el culo o el paquete nos diera igual. Y no nos da igual, a mi al menos ni de coña, pero lo decimos porque somos buenas, discretas y maternales hasta el vómito.Y es que se habla tanto o me lo parece a mí, de las «presuntas deficiencias» de ellos. ¿Acaso alguien se cree de verdad eso de que el tamaño no importa?

Importa el tamaño de tu virilidad, el tamaño de tu espalda, importa el tamaño de tu coche, el de tu chalet en la playa,y hasta el de tu cuenta corriente.Y a mi sobre todo me importa el tamaño de tu mente y el de tu sentido del humor. Es la otra cara de la moneda. Y yo es que me canso, me canso de dar explicaciones,de darmelas, de asustarme cuando pienso que ya se me va a caer todo y que no se si podré agacharme a recogerlo.

Me canso de que nos pasemos la vida maqueándonos para que ellos nos quieran y queriendo no envejecer para que no nos pase como a la canción de Martirio… que se fue con una mas joven. Es todo muy cansino y yo no quiero jugar Exagerada dirán algunas personas.Yo creo que no, que no exagero ni miejica que somos esclavos todos y todas de la estupidez y sobre todo del Miedo. Porque todo esto no es mas que Miedo.Miedo a la soledad, Miedo a la vejez, a no ser digno, supongo. Pasados los 50… aterra la flacidez. A mí,la única flacidez que me da verdaderamente miedo es de LA DE LA MENTE Y EL ALMA. LA MIA Y LA DE QUIENES ME RODEAN.
Y LA MUERTE……………..

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