“Hemos percibido un acercamiento a la Iglesia por la necesidad de pedir ayuda por el Covid”

DAVIS GONZÁLEZ , PASTOR DE LA IGLESIA EVANGÉLICA BAUTISTA

Desde La Actualidad entrevistamos al Pastor de la Iglesia Evangélica Bautista de Águilas, un hombre que llegó a esta ciudad hace aproximadamente cuatro años desde la capital de España, Madrid. Lleva trabajando como pastor llevo unos veinte años ejerciéndolo en varias ciudades del país

 

Pregunta: ¿Cómo está viviendo la Iglesia Evangélica estos tiempos de pandemia?
Respuesta: Como cualquier otra persona en España. No estamos exentos de todos los problemas y sufrimientos que esto conlleva. Yo he perdido amigos y compañeros pastores, algunos miembros de nuestra comunidad los han enviado al ERTE o al Paro, otros que son autónomos están al límite, otros por circunstancias personales se han quedado aislados, y en fin, pues todas las dificultades que la pandemia está produciendo. La gran diferencia es que en el Señor Jesucristo nosotros hayamos el consuelo, la paz, la fe y la esperanza para sobrellevarlo, Dios nos ayuda a creer en un mejor porvenir, y nos impulsa a anunciar las buenas noticias que el evangelio nos da.

P: ¿Qué medidas han tomado para evitar contagios y poder continuar con sus cultos?
R: Las medidas que hemos tomado han sido las que se han implantado y recomendado desde el Gobierno y el Ministerio de Sanidad. Sobre todo en lo referente al aforo permitido, distancia de seguridad y mascarillas. Además, elaboramos un protocolo de actuación en casos de contagio y de síntomas, restricciones en el uso de las instalaciones y reuniones; y en la entrada y salida de la iglesia.
P: ¿Qué labores está realizando la comunidad cristiana en estos momentos?
R: Actualmente, por las limitaciones estamos celebrando dos reuniones por semana, una el jueves enfocada en la oración y otra el domingo, que es nuestro culto principal aunque con el tiempo reducido. Y sobre todo un trabajo más individual y personalizado con los miembros y visitantes que lo solicitan. Hemos participado en un programa de atención telefónica para el público en general y como proyecto, esperamos participar en la Operación Niño de la Navidad que cada año envía a países necesitados cajas de regalos con material escolar, de higiene y juguetes.

P: ¿Han percibido un acercamiento a la Iglesia, por la necesidad de pedir ayuda?
R: Gracias a Dios, sí. Desde que comenzamos a reunirnos de nuevo, no hemos dejamos de recibir nuevas visitas. Algunas de ellas ya están recibiendo atención espiritual periódica.

P: ¿Cree que esta grave crisis está “sacando” el lado más humano de las personas que, en muchas ocasiones, se encontraba “dormido”?
R: Sin duda. En tiempos de crisis siempre hay personas que toman la iniciativa para ayudar a otros. Creemos que estas situaciones sensibilizan y nos hacen preocuparnos más por los demás.

 

«Hemos participado en un programa de atención telefónica para el público en general y esperamos participar en la Operación Niño de la Navidad que cada año envía cajas a los países más necesitados”

«La enfermedad debería ser un recordatorio de que la vida en esta tierra es frágil y que puede perderse en cualquier momento. Y también que, por muy malas que sean las pandemias, el infierno será peor”

P: ¿Cree que esta pandemia va a acercarnos más a Dios?
R: Yo espero que muchos sean conscientes de su necesidad de Dios y le busquen mientras vivan. Porque una de las cosas que nos enseña esta pandemia es que la vida es muy frágil y que cuando menos lo esperamos nos podemos ver solos e impotentes ante la muerte. Por eso Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre sino a través de mí” evangelio de Juan 14:6.

P: Contrariamente, también habrá quien se pregunte ¿Por qué permite Dios esta Pandemia? ¿Qué le respondería?
R: Para aquellos que no conocen a Jesucristo como Salvador, la enfermedad debería ser un recordatorio de que la vida en esta tierra es frágil y que puede perderse en cualquier momento. Y también que, por muy malas que sean las pandemias, el infierno será peor. Todas las cosas malas que ocurrieron, ocurren y ocurrirán deberían llevarnos al arrepentimiento y la restauración. Dios quiere restablecer la comunión con el hombre pecador y darle verdadera vida y usará todos los medios para que reaccionemos. En un libro de la Biblia que se llama 2 Crónicas 7:14, Dios dijo a Salomón: «Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra». Y el apóstol Pedro en el libro de los Hechos de los Apóstoles 3:19 dijo: “Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo”. Debemos arrepentirnos de nuestros pecados, de todo aquello que ofende a Dios, porque la paga del pecado es la muerte y la condenación eterna. Dios no quiere el mal para el hombre, pero su pecado le aleja de Él, por eso, Dios nos ama tanto, que ha enviado a su Hijo Jesucristo para que todo aquel que en Él crea no se pierda sino tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo. Si Dios permite el sufrimiento es porque a través de él podemos llegar a conocer la vida.

 

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