El último mapa de las zonas de flujo preferente “provocará un impacto económico en Lorca difícil de superar; con cerca de 200 millones de euros en pérdidas y miles de familias damnificadas”
El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, se ha reunido en la mañana de este jueves, con los presidentes de CECLOR y la Cámara de Comercio, Juan Jódar, y Francisco Gómez, respectivamente, además de otros representantes de colectivos empresariales, para trasladarles las principales afecciones tras la publicación -este pasado mes de julio- por parte del Ministerio de la Transición Ecológica de la actualización, a manos de la Confederación Hidrográfica del Segura, del Mapa de las zonas de flujo preferente en el municipio, “un documento sobre zonas inundables que incluye un incremento de más de un 50 % de las zonas de flujo preferente en nuestra localidad”.
“Con esta nueva actualización se alcanzan las 3.500 hectáreas afectadas en el municipio. Entre los principales damnificados de este último despropósito: los vecinos de La Escucha, Purias, Torrecilla, Campillo y Cazalla. (Pero recordemos que por mapas anteriores también teníamos afecciones en Río, Tercia y La Hoya)”, ha indicado Gil Jódar.
“No sólo hablamos del impacto social, que ya lo estamos viendo; sino también del económico, tanto a corto como a largo plazo. Podemos barajar cifras que se mueven entorno a los 200 millones de euros en pérdidas, perfectamente, dada la dimensión de los terrenos afectados y los miles de familias encaminadas a la ruina si esto no se soluciona”.
Hay que tener en cuenta que esta última expansión de las zonas inundables no sólo NO aumenta la seguridad de manera específica (dejando islas en plena zona marcada como de riesgo), sino que también destruye los derechos de propiedad, reduciendo el valor de los terrenos y generando un perjuicio económico y social grave para los vecinos, afectando directamente a muchas personas y actividades profesionales, como si de expropiaciones en cubierta se tratara.
“Las consecuencias y efectos que tiene y tendrá en un futuro la última actualización del Mapa de zonas de flujo preferente causará un perjuicio difícil de superar”, ha reseñado el primer edil.
Cientos de parcelas adquiridas como edificables no van a poder ser edificadas. Jóvenes que se acaban de comprar un terreno para poner en marcha su proyecto de vida, ahora ven que no pueden construir su vivienda. Otras familias que han recibido su terreno, por ejemplo, en herencia con el trabajo, sudor y sacrificio de sus padres, y que ahora tampoco van a poder serles de utilidad.
A ellos hay que sumar la construcción de determinadas infraestructuras y servicios que no se van a poder llevar a cabo; pero es que hay centenares de negocios que no van a abrir la persiana y empresas que ya no van a poder crecer más; por no hablar de las limitaciones que tienen a partir de ahora muchas explotaciones ganaderas y agrícolas; granjas, por ejemplo, a las que ahora no se les permite ampliarse, aun teniendo que hacerlo para implementar las medidas necesarias en relación a los requerimientos europeos de bienestar animal…. Es que la tipología de casuísticas es infinita. Y el resultado: un desastre social, económico, empresarial, etc.
Y desde el punto de vista inmobiliario, estamos ante un auténtico tsunami. Veremos una alteración sustancial del precio del suelo, del valor de las parcelas; unas quedarán totalmente devaluadas y otras alzarán su precio (esto, estando una junto a la otra).
“Es que seguimos sin entender qué criterios han seguido para llegar a este punto. En el último documento, y van cuatro actualizaciones, se incluyen nuevas áreas, pero dejan fuera otras que realmente tienen riesgo de inundación. ¿Cuántos mapas y cuántas líneas de colores en un papel vamos a tener que ver más? Decisiones tomadas en un despacho, cuando lo que tenemos que hacer es proteger verdaderamente a los ciudadanos con las presas y diques de laminación que llevamos años reclamando”.
Que no lo decimos nosotros, lo dicen desde el Colegio de Ingenieros de Caminos, de Abogados, CECLOR, Cámara de Comercio, decenas de Asociaciones y los propios residentes de esos enclaves que saben de lo que hablan.
Además, que todo esto supone un coste ya de por sí para los lorquinos, teniendo el Ayuntamiento que poner técnicos a revisar estos mapas, la apertura de oficinas de información para damnificados, etc.”.
Las llamadas y peticiones, consultas, han sido miles. Cómo saben, mañana es el último día para presentar las alegaciones, de las que les daremos cuenta la próxima semana. Contamos con una hoja tipo para ello. Hemos activado puntos de información en Campillo, Cazalla y Torrecilla; y esperamos -entendemos- que los colectivos empresariales se sumen a nuestras peticiones, como lo han hecho para reclamar lo que verdaderamente necesita el municipio: el canal de desagüe de la Rambla de Biznaga, y las presas de Nogalte, Béjar y Torrecilla.
Esperemos que no pase como en anteriores ocasiones y la Confederación y el Ministerio tengan en cuenta nuestras reclamaciones, porque está en juego la vida de seres humanos, la pérdida de sus hogares, de sus granjas y animales… Sólo pedimos coherencia, profesionalidad y rigor técnico; y que se acabe todo esto de una vez, porque ya son muchos años los que se está haciendo sufrir a miles de familias.


