Fidel ya no es lo que era

Realmente es una pena. Lo es la situación de los cubanos, lo viene siendo desde hace más de 15 años, en que dejaron de estar a la sombra de los soviéticos, cuando entraron en lo que ellos llamaron: “período especial ” . Desde el año 1959 hasta el 1989 vivieron relamiéndose por el éxito de su revolución, se acercaron a los que eran , entonces, los auténticos comunistas, los que se atribuyeron la bandera del auténtico comunismo, que luego ha quedado en nada, que ha pasado de las teorías de Carlos Marx y de Engels a la práctica, ha fracasado y ha vuelto a la teoría de nuevo, porque posiblemente no pueda salir nunca de ella, porque hay cosas que sólo pueden estar en los libros, por bellas que sean.

El caso es que Fidel decidió que lo más parecido a su revolución era el estado soviético.
Vivió a la sombra del mismo treinta años y cuando todo se desmoronó no supo qué hacer, no supo reaccionar, no supo adonde llevar a su pueblo. Una pena, porque los que han sufrido las consecuencias son los millones de cubanos que constituyen la actual generación que vive en la isla, que no puede salir de ella, incluidos los que han muerto sin ver mejorar su status de vida, sin ver un futuro digno para sus hijos.

Un gobernante como Castro, que ha sido ídolo para millones de europeos, que ha representado las esperanzas de tanta gente en un futuro social justo, donde no haya pobres ni oprimidos, ha tirado la tolla a la hora de sacar a su pueblo adelante.

Ha hecho un mutis que sólo él mismo justifica con discursos farragosos y redundantes donde el enemigo único es su vecino del norte, donde nadie más tiene la culpa de la situación de pobreza en la que viven los cubanos, eso sí, todos igual de miserables.
Parece que ese fuera su plan de futuro: miseria para todos desde 1989.

Ha podido contar con el apoyo y las ganas de comprarle de España y de Europa, del resto de Suramérica, pero se ha empeñado en cerrar las puertas y hacer desplantes a unos y a otros, como un paranoico más, como un enfermo encerrado en su espacio vital.
Ahora vuelve a insultar a los dirigentes españoles cuando han sido los primeros en ocho años que le han tendido la mano. Y va y la muerde.

Los discursos de Castro, si alguien los observa a través de “Cubavisión”, son de un patetismo cada vez mayor. Son discursos de 3 ó 4 horas en los que sólo se desarrolla una idea, muy simple, pero Castro es capaz de darle mil vueltas y entonaciones diferentes para desarrollarla hasta el aburrimiento. Ya empieza a trabársele la lengua como se le traba a los ancianos que le faltan dientes o los tienen mal puestos, ya es difícil entenderle, pero a él no parece afectarle, o no se da cuenta de lo patético que resulta o nadie se atreve a decírselo.

La única pena, por supuesto, no es la que pueda dar un antiguo ídolo decrépito sino la de su gente, la de millones de cubanos que mantienen una dignidad que ya quisiéramos, que adoran a su tierra pero que no pueden salir de ella para ganar dinero y mantener a sus familias dignamente, que saben estar en su sitio, que son pacientes, que no se revuelven aunque Fidel disparate un día sí y otro también.

¿Qué será de los cubanos cuando muera Fidel ?, seguramente ni ellos lo saben, ni lo intuyen, pero esperan, esperan y esperan…
Seguro que Fidel ha dejado las cosas bien atadas pero para dentro de 15 ó 20 años, el muy cabrón.

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