Pablo Almansa es «Un fotógrafo a la Mesa»

Aparece sonriente, como de costumbre hiperactivo, ultimando los detalles de esta maravillosa exposición que le supone la vuelta a casa después de casi diez años.

Hablamos de Pablo Almansa, un extraordinario valor en alza de nuestra tierra que apostó desde sus comienzos en el mundo de la fotografía por realizar una obra valiente, sin más pretensiones que el arte, lo cual le ha llevado a ser uno de los fotógrafos más demandados del panorama nacional.
Con tan sólo 39 años, Almansa, murciano enamorado de Águilas y sus paisajes, trabaja constantemente para las más prestigiosas publicaciones de moda de tirada nacional, como “GQ”, “Yo Donna”, “Elle” o “Man”. Ha fotografiado a grandes actores, actrices, arquitectos, bailarines y un sinfín de profesionales que se dejan hacer, en sus manos, a sabiendas de la capacidad que posee este fotógrafo para expresar, en imágenes, cualquier tipo de sentimiento, desde la paz hasta la furia.
Pero donde Pablo Almansa se encuentra más de frente con su estilo es delante de un cuerpo de mujer. Ante la certeza de su propia libertad de expresión este artista se crece y, para deleite de todos, la constancia que queda de su maravilloso mundo interior puede llegar hasta nuestros sentidos a modo de fotografía.
Actualmente y hasta el próximo 26 de septiembre, el céntrico restaurante murciano, “Hispano”, acoge una selección de impresionantes retratos y desnudos de este artista murciano, que, bajo el nombre de “Un fotógrafo a la Mesa”, permitirá, a hombres y mujeres, disfrutar de un fascinante recorrido por la belleza femenina en estado puro.

PREGUNTA.- Eres especialista en fotografiar un cuerpo de mujer como pocos son capaces. Dejando a un lado la técnica, ¿Qué crees que diferencia a los fotógrafos que trasmiten de aquéllos que no lo consiguen?
RESPUESTA.- Pues no lo sé. Supongo que es una cuestión de trabajar un estilo y que cada uno encuentre su camino.
Realmente en fotografía, como en muchas otras disciplinas artísticas, no hay criterios estéticos establecidos, por tanto cada uno puede pensar que transmite y luego no hacerlo. Supongo que los coleccionistas que compran fotos mías lo hacen porque mi trabajo les transmite, al igual que creo que habrá una serie de personas que opinen que mi trabajo no les dice nada.
Realmente no creo que exista una regla básica, lo que sí sé es que a mí mis fotos sí que me transmiten.

P.- Para muchas personas tu trabajo es ese que todos los hombres desearían tener. ¿Qué les dirías a aquéllos que piensan que tu vida consiste en estar rodeado de chicas guapas que posan desnudas ante ti?
R.- Pues sencillamente que están equivocados.

P.- Hoy en día cualquier persona con una cámara tiende a considerarse fotógrafo. Nos gustaría conocer tu opinión a cerca de la proliferación de imágenes tomadas con dispositivos móviles que últimamente están protagonizando festivales fotográficos y galerías.
R.- A ver, este es un tema complicado, porque a mí el corazón me pide decirte que todo esto no me gusta. Pero sí que es verdad que existen aplicaciones como “Instagram” que me interesan muchísimo.
Es cierto que de las fotos que se pueden ver en esta aplicación, un gran porcentaje de ellas son meramente tomas sin más criterio ni valor, a veces hasta una auténtica basura. Pero el mérito de todo esto está en la finalidad, en conseguir que mucha gente se anime con la fotografía, puesto que pueden realizar la foto y verla de manera inmediata.
La fotografía digital en sí ha permitido a gente que antes no era capaz de invertir dinero en revelados y carretes, sin saber si la foto estaba bien, porque ahora la cámara te hace la foto, que invierta más tiempo y dinero en tomar fotografías. Pero pasar de ahí a pensar que tienen vista o lo pueden hacer bien, no lo sé.
Yo cada vez pienso más que son otro tipo de fotógrafos, no los llamaría de segunda división porque es cierto que muchos de ellos tienen el ojo muy afinado, pero sí que es cierto que emplean herramientas de segunda división, es decir, no es lo mismo hacer fotos con un móvil que con una “Hasselblad” o con una “Sinar”.

P.- Pablo Almansa es mucho más que un fotógrafo de desnudos, de hecho colaboras habitualmente con importantes publicaciones nacionales e internacionales, ¿De qué trabajo estás más orgulloso?
R.- Estoy muy orgulloso de mis fotos de viajes, pero las fotos de desnudos o retratos que hago, son, para mí, mi obra más personal, porque no tengo clientes, es decir, es cuando yo de verdad puedo expresarme.
En esta exposición, por ejemplo, se transmite mi visión literal de cómo veo yo a las mujeres. Tal y cómo yo las veo a través de una cámara, no a través de la literatura o de la música. Porque yo realmente las percibo de maneras muy distintas, pero obviamente no me dedico a escribir, me dedico a hacer fotos de mujeres.
Por tanto, cuando no tengo clientes y trabajo libremente, cuando somos únicamente la chica y yo, ahí realmente el momento en el que realizo un trabajo con el que me veo mucho más reflejado.
Pero sí es verdad que hay encargos profesionales, como por ejemplo el de “Pastillas para el dolor ajeno”, que ha hecho Jorge Martínez, de la agencia Germinal, que es un trabajo que está saliendo redondo, que nos ha costado mucho llevarlo a cabo y del cual me siento muy orgulloso.
Y es que llevamos 3 años de duro trabajo, en los cuales hemos conseguido que profesionales de la talla de Javier Bardem, Eduard Punset o Lluís Tosar se impliquen en una idea tan fantástica.
Además el resultado fotográfico de mi obra me parece muy bueno, premios a parte, ya que el tema de los premios aún no me ha llegado a interesar, porque a mí lo que realmente me interesa es que la idea de Jorge es brillante y que un elenco de gente importantísima e interesantísima del mundo de la Cultura y el Arte también lo ha creído así.
Pero realmente cuando estoy más libre, menos encorsetado, es cuando de verdad soy yo.

P.- Han posado para ti importantes figuras del panorama cultural español, ¿Tienes alguna anécdota que te haya enseñado algo?
R.- En el momento en el que he fotografiado a gente que se dedica a las artes plásticas, tipo pintura o escultura, que es lo más cercano a mí, es cuando más he aprendido.
Por ejemplo, cuando fotografié a Antonio López pude descubrir a un señor, o un maestro, que se tomaba su trabajo con una seriedad apabullante, y me di cuenta de que hay realmente artistas que me interesan por encima de su obra, es decir, que en realidad verle a él, tenerlo delante, observar como respira y como se mueve, observar la profesionalidad con la que se toma su trabajo me enseñó mucho.
Eso es quizás lo que más me ha hecho darme cuanta de que la seriedad es fundamental en mi trabajo, no sé si en todos, pero desde luego en el mío sí.
El trabajo hay que tomárselo muy en serio, porque no hay que pensar que una canción, una fotografía o un poema sale fácil, porque es mentira.

P.- Nacido en Murcia, decidiste un día coger tus cosas e irte a Madrid con una idea en la cabeza: hacerte un hueco dentro del selecto grupo de los grandes fotógrafos españoles. ¿En qué punto se encuentra tu carrera?
R.- Pues yo creo que a mitad de carrera, porque me quedan 30 ó 40 años de vida y no me pienso jubilar nunca de las fotos.
Y ahora tengo cada vez más claro qué quiero a la hora de hacer una foto, capacidad que he ido adquiriendo con la práctica, pero no dejo de experimentar.
Sí que es verdad que estoy más tranquilo, que no me da miedo hacer fotos, y este es un miedo que he tenido hasta hace poco tiempo.
Sí que es verdad que la profesión está pasándolo muy mal, en general, porque tengo amigos, gente muy afamada que me cuenta que está pasando dificultades, porque ésta es una profesión un poco rara, en la que hay muchísimo intrusismo.
Hoy en día tú dices que eres médico y no es cierto y vas a la cárcel, sin embargo te compras una cámara, haces una foto y ya eres fotógrafo, puedes ir a una revista a pedir trabajo y te lo pueden dar, sin que pase nada.
Éste es un problema muy duro que profesiones como la mía acusan mucho, puesto que hay mucha gente con sobredosis de ego y poca vergüenza que se acaban creyendo fotógrafos y hacen daño a esta profesión.

P.- Si tuvieras que escoger una razón concreta que explicara porqué has logrado llegar a dónde querías, ¿Cuál sería esa razón?
R.- Yo no he llegado donde quería, sí que es cierto que voy en el camino, ya que la prueba más evidente es que llevo 20 años dedicándome a lo que me gusta. Pero no he llegado donde quería, porque yo voy a estar siempre buscando llegar más allá.
Me gusta sentir que voy buscando lugares que no conozco, en todo, leyendo o viajando. Pero sí que es verdad que creo que estoy en el camino que quiero, porque cuando miro atrás me gusta lo que veo.
Y la razón de todo ello es la tenacidad.
Cuando alguien que quiere ser fotógrafo nace en Nueva York o en Berlín tiene por delante un camino mucho más sencillo.
Yo empecé a hacer desnudos hace 17 años en Murcia, lo cual era muy difícil, porque hacer este tipo de foto era muy complicado, pero la vida me ha traído hasta aquí a base de tenacidad, soy muy cabezón.

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