“La Comunidad Autónoma ha hecho una competencia desleal a los establecimientos de Águilas con el Bono Mar Menor”
Entrevista a Ginés Desiderio Navarro, concejal de Turismo, Educación Ambiental, Comercio, Industria y Plaza de Abastos del Ayuntamiento de Águilas
Entrevista realizada por Pedro M Lozano
2022 ha traído consigo un retorno prácticamente definitivo a la normalidad que imperaba antes de la aparición en nuestras vidas del COVID-19. Y la sensación más generalizada, al menos en lo que al turismo local se refiere, es que el verano aguileño ha vuelto a parecerse -e incluso a superar en algunos casos- a lo que siempre había sido: un mes de agosto muy fuerte y un arranque de temporada algo impredecible y muy enfocado en los fines de semana de julio. El concejal de Turismo del Ayuntamiento de Águilas, Ginés Desiderio Navarro, atendía hace unos días a La Actualidad y analizaba esta situación. El edil, así mismo, abordó en su entrevista otros temas de relevancia, como la ampliación de la oferta de cultura y patrimonio de la localidad o el polémico ‘Bono Mar Menor’, un programa de ayudas públicas al alquiler y el alojamiento por el que, según el testimonio del máximo responsable del turismo municipal, los aguileños hemos de sentirnos “francamente agraviados”.
¿Como ha sido el verano en Águilas a nivel turístico?
Ha sido un verano un poco extraño, porque nosotros estamos acostumbrados a que el mes de junio sea “flojucho”, julio empiece a ser fuerte, agosto el más importante y que septiembre empiece a bajar. Este año, hemos tenido un mes de junio excepcional, muy muy bueno, muchísimo mejor de lo que se ha recordado nunca. El mes de julio fue muy raro, en consonancia con toda la costa mediterránea. Fue un mes extraño en el que las reservas se hacían a última hora. En vez de ser de quince días, eran de una semana… No ha cumplido las expectativas de ningún municipio costero turístico. En cambio, el mes de agosto ha sido excepcional.
Muchos establecimientos turísticos también nos han dicho que en junio notaron ese impulso (sobre todo, porque es el primer verano de «normalidad» tras la aparición del COVID-19), pero que les queda la sensación de que en julio se tenían que conformar con los fines de semana.
Sí, quizás fue un poco así. También es cierto que las personas que vinieron en el mes de junio son totalmente diferentes a las que solían venir en el mes de julio y agosto. Todavía sigue persistiendo en cierta medida el COVID y las personas tendemos a extender un poco más las vacaciones buscando que no haya tanta aglomeración y, por eso, el mes de julio fue raro. Los sitios de alojamiento han estado con una ocupación media o media-alta, pero los pisos privados han estado prácticamente ocupados. La gente ha hecho más vida en casas, playas, etcétera, que en restaurantes u otros sitios.
Águilas siempre se ha caracterizado por un turismo más de segunda residencia que por un turismo estacional de dos/tres días o una semana. ¿Se ha planteado ya desde el Ayuntamiento que el crecimiento turístico del municipio en verano, más que por la creación de nuevos hoteles, pasa por ampliar la oferta de apartamentos?
Es necesario que tengamos más establecimientos hoteleros y similares, pero lo que está claro es que el antiguo plan general de ordenación urbana no nos lo permitía. Era un plan muy restrictivo en cuanto al uso de suelos. El nuevo plan aprobado hace escasamente dos meses ya nos permite que todo el suelo de uso residencial tenga un segundo uso turístico. Por esta razón, se puede convertir en un lugar para construir un hotel. En ese sentido, empezamos a tener algún pequeño movimiento que cuando fructifique haremos llegar a toda la ciudadanía. Por otro lado, por parte de Turismo se ha hecho un esfuerzo importante para que aquellos alojamientos habituales de alquileres vacacionales legalicen su situación, dándose de alta como viviendas vacacionales turísticas y que, por tanto, pasen a formar parte del alojamiento reglado. Hemos trabajado durante los meses de la pandemia, manteniendo reuniones telemáticas y personales con los propietarios y gestores de este tipo de alojamientos. Hemos pasado de tener una docena a estar sobre los 200. Lo que hemos hecho, en definitiva, ha sido hacer aflorar un alojamiento que no estaba legalizado y que ahora sí lo está.
El popularmente conocido como ‘Bono Mar Menor’ es una especie de programa de ayudas al alojamiento por parte del Gobierno de la Comunidad Autónoma que se podía aplicar en los municipios cercanos al Mar Menor (San Javier, Los Alcázares…) pero que no ha afectado a la costa del Sur de la Región. Águilas, por ejemplo, no ha podido contar con esa ayuda económica de hasta 250 euros para alquileres. ¿Se siente agraviado por este motivo el Ayuntamiento?
Como bien dices, no sólo Águilas, sino también Mazarrón, municipio con el que hemos tenido constante contacto a través del alcalde y la concejala de turismo. No comprendemos que lo que ha sido el bono turístico de la Región de Murcia, que ha funcionado muy bien hasta el día 15 de junio, haya desparecido para convertirse en el “Bono Mar Menor” que solo favorece a los municipios ribereños del Mar Menor y excluye al resto de municipios turísticos, seamos costeros o no. En nuestro caso, el de Mazarrón y Águilas, entendemos que se está haciendo un poco de competencia desleal desde la Comunidad Autónoma a nuestros establecimientos frente a los del Mar Menor, porque pueden tener hasta un 50% de bonificación hasta un máximo de 250 euros. Por lo tanto, si yo como turista me planteo dónde alojarme y me da igual un destino que otro, obviamente voy a ir al más barato o a uno en el que el bono me permita tener ese descuento. Nos sentimos francamente agraviados. Nuestros hosteleros y empresarios de alojamiento lo llevan mal porque pudiendo tener esa ayuda, no la tienen. Afortunadamente, con la publicidad que estuvimos haciendo en primavera, agosto ha sido un mes muy bueno, pero ese cambio de bono ha quitado ese tanto por ciento que podría haber terminado de completar una ocupación total del 100%.
¿Y qué le dicen desde la Consejería de Turismo de la Región de Murcia?
Que el Mar Menor está muy mal, que el Mar Menor necesita ayuda… Y entendemos que el Mar Menor tiene problemas y necesita esa ayuda, pero volvemos a la cantinela de siempre. Cuando el Mar Menor está bien, hay que apostar por el Mar Menor porque es el motor de atractivo turístico de la Región. Cuando está mal, hay que ayudarle porque lo necesita para que vuelva a ser el motor. En la Costa Cálida somos muchos más municipios, empezamos por Águilas y terminamos por San Pedro del Pinatar. Y desgraciadamente, desde la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, solamente se acuerdan de que la Costa Cálida, al parecer, termina en Cabo de Palos.
La gente ya no viene a Águilas solo porque quiera ir a la playa, darse un baño en la playa de La Carolina o por pasar unos días en Calabardina, sino por todas las cosas que se están haciendo y se han puesto en marcha para expandir el patrimonio de la localidad. ¿Se siente orgulloso de este hecho a efectos de llamada al turismo?
Sí, no solo este verano, sino también en primavera hemos tenido bastante movimiento respecto a los valores de 2019 hacia atrás. Muchas personas vienen buscando sol y playa, pero no para pasar todo el día como buscamos en verano, sino para tener otra serie de actividades y alternativas: culturales, deportivas, etc. Ha venido mucha gente a disfrutar del sol, de la playa, de la oferta cultural, de la gastronomía, pero también del senderismo, de la bicicleta, del buceo, etc. En ese sentido, vamos a seguir trabajando para seguir expandiendo la oferta turística de Águilas sin que llegue a los límites de carga que alcanzamos en verano. Que sea un turismo que sea llevadero, que no nos haga perder nuestra esencia. Porque si hacemos que Águilas deje de ser Águilas, nos convertimos en un McDonald’s, es decir, en un sitio que puedes encontrar en cualquier otra parte del mundo. Queremos que Águilas siga siendo única y que la gente que venga disfrute de esa autenticidad que no nos podemos permitir perder si durante la primavera, el invierno o el otoño somos un verano.
Eso nos recuerda a lo que decía Pedro Morata, en una entrevista para el Grupo Actualidad, sobre que el aguileño quería disfrutar de Águilas, pero sin que hubiera una gran masificación. Él lo resumía con la siguiente frase: “Águilas es una joya desconocida intencionadamente”. Y matizaba que el espíritu de nuestros ciudadanos es que Águilas no se convierta en Mojácar o La Manga. ¿Está de acuerdo con eso?
Lo que tenemos claro es que no queremos perder la esencia, nuestra identidad, no queremos ‘dejar de ser’. Sí queremos que sigan viniendo turistas y para eso estamos trabajando: para que vengan más personas a conocernos, pero siempre marcando unos límites que no nos lleven a una masificación que nos haga dejar de ser lo que somos, que no nos convierta en un parque temático. Al final, el problema de estos parques es que la gente viene una vez y visto uno, visto siempre, porque «se parece a» o «es igual a». Nosotros queremos que cuando la gente venga, lo haga para ver algo diferente, comer una comida diferente, tener un clima diferente, disfrutar de un trato personal diferente… Que venga a disfrutar de algo que le haga volver, que se lleve una experiencia agradable y que haga que vuelvan muchísimas más personas a las que le cuente lo bien que ha estado aquí.
¿Qué le diría al turista que no conozca Águilas, o al que conozca Águilas, pero todavía no tenga claro por qué debe venir?
Le diría que Águilas es muchísimo más que el verano, que puede venir a disfrutar las cuatro estaciones del año sin ningún problema y que va a encontrar lo mismo: un pueblo acogedor, con una gastronomía variada, con muchísimos recursos culturales, naturales… Porque al final, como bien has dicho antes, Águilas es una joya por descubrir y estamos esforzándonos por que la descubra quien se merezca descubrirla.
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