La subasta
Parece que no era para tanto, que la necesidad de financiación de los bancos no era para echarse a correr. Desde luego ellos no están corriendo mucho a cogar la pasta que Papá-Estado ha puesto a su servicio.
Cuando el Estado ofrece la pasta de todos para sacar de apuros a los bancos y que éstos se comprometan a volver a financiar a esos mismos todos, se ponen a silbar mirando al tendido y desprecian la oferta. Y a uno le da que pensar: ¿ por qué no quieren coger la pasta ?. Si han dejado de dar créditos será entonces por otra razón, pero no porque no tengan pasta. Si han frenado la economía será por algún otro retorcido motivo.
Pero lo que parece claro es que pasta tienen….pero no la sueltan. Cada vez le tenemos los españoles más simpatía a los bancos y cajas, cada vez los queremos más. Joder con los buitres, que casi nos sacan los ojos por permitirnos trabajar con ellos a base de comisiones, gastos de gestión y subidas de intereses. Cuando cierran la puerta, la cierran bien, pero las razones para echar el candado parecen ser diferentes a que tengan la caja vacía. No se si será porque muchos se han metido a promotores urbanísticos, a gestores de suelo, a especuladores para incrementar el valor del suelo y de la construcción, o porque han preferido comprar bancos ingleses para poder salir en la prensa británica, o porque han metido a sus clientes en algún que otro berenjenal con fondos corrosivos.
El misterio estará en que para coger pasta del Estado seguramente alguien les pediría cuentas y balances, auditorías y confesiones. Y eso parece que ha espantado a los bancos de Papá-Estado, algunos no pueden confesar los sueldos de sus altos directivos, que en época de crisis son escandalosos, al estilo de los pagos que han recibido algunos directivos americanos por hundir a sus bancos y a miles de ciudadanos con ellos. De ahí lo acertado de nuestra Teresa de la Vega cuando dice que los mercados financieros necesitan tener encima la mano transparente del Estado y que se ha hecho necesario un control mayor sobre los bancos que han campado a su aire demasiado tiempo. Un acertado término medio entre el mercado libre y la intervención del Estado hubieran agradecido los clientes de Gescartera y de Forum, por ejemplo.
Cuestión práctica: parece que ahora las miradas que antes estaban centradas en la promoción inmobiliaria y en fondos de inversión, bolsas, y otras cosas para ganar sin dar un puto golpe, ahora se giran hacia el sector primario; por ejemplo, a los islandeses que tan bien han vivido últimamente, ahora les han dicho que por ahí se va uno a pescar. Y a nosotros, pues que parece que todos esperamos que la masa consumidora vuelva a ser la que fue durante tantos años en Aguilas: la que se lo curra en el campo y en los invernaderos.
La esperanza está ahora en que las fincas de Alfonso García, de Juan López, del Paloma y de Durán vuelvan a funcionar a pleno rendimiento y que el producto se valore como se merece. Entonces volveremos a funcionar los de atrás, los del sector terciario. No se si habrá que volver a reflotar pesqueros que la Unión Europea nos hizo hundir, pero lo único que no va a fallar nunca es lo que se mete por la boca. Si se da ese caso, yo se dónde hay algunos barcos hundidos. Manda huevos.