El día del hambre

Vaya una semana dura ésta con la cuestión del día de la pobreza. Me parece que les va a servir para concienciarse de las diferencias entre los seres humanos a los que ya están concienciados, y poco más. Bueno, quizá a algún tierno infante que le choque lo que oye y le pregunte a su padre si eso de que la gente se muere de hambre es verdad , y vea al padre afiligirse sinceramente, echar una lagrimita incluso mostrar una ligera vergüenza por la parte que le toca, y entonces el niño perciba que la pregunta ha dolido y mantenga en vigilia que ese tema está pendiente y es casi intocable.

Los demás sabemos que sí se debe tocar y que lleva pendiente muchos años, y que las diferencias sociales aumentan en lugar de disminuir. Culpa de los países ricos, que no haya duda, de nosotros, que parece que vamos de ricos en los últimos años. Que , sin embargo, damos una de cal y otra de arena: vamos aceptando a los miserables de Africa porque les pillamos más a mano, es verdad, pero también les perdonamos la deuda a los que no lo merecen, como a Senegal, que no ha invertido adecuadamente nada de lo prestado ni se lo ha gastado en infraestructuras, que se lo han pulido los tres hijoputas que explotan a los varios millones de compatriotas negritos (muy negritos) senegaleses. Les pagamos para que no nos manden más, pero los que se comen los mocos cada día de postre, esos va a ser difícil contenerlos. Me parece que ni la Guardia Civil.

Sólo el apoyo ciudadano directo del europeo sobrado tiene posibilidad de llegar al ciudadano africano, asiático o americano. Los estados no acaban de encontrar la solución desmarcada de sus intereses políticos o de las empresas que financian grandes proyectos multinacionales, que, sin ser malo, no se espera que sean solidarias. Por definición.

Aunque sólo sea por lo que les hemos robado durante tantos años, siglos incluso, no estaría de más colaborar con ellos, aunque sea sin dejar de saquearlos, como en la actualidad hacemos en Africa, sobre todo.

Pero el vicio genera vicio (en el peor de los sentidos) porque los estados-chorizo generan la incultura entre los ciudadanos: nada más manejable que un ciudadano pollino.

No se entiende , por eso, que tantos votantes suramericanos voten (por huevos, además) a semejantes buitres leonados, entre ellos a uno de los tíos más ricos de Ecuador.
Por poner un ejemplo. En otros sitios, como Marruecos, las cosas van a cambiar poco aunque voten todos los días. Nada como tener un rey designado por dios.

Cuando una tercera parte de la población de un país está trabajando fuera para sacar el cuello un poco y los otros dos tercios están a la espera de lo que buenamente les manden, alguien podría echar un vistazo a los pescuezos de los que les gobiernan, por si necesitan un “profundo afeitado“ , se me ocurre con un poco de mala leche. Coño ya.
Y no es que propugne la violencia. Nada más lejos ( ¿¿?? ). Pero si la sangre corre por las venas, el ver a un hijo vestido de andrajos hurgando en un estercolero da que pensar que alguien se está llevando lo que le tocaba al chico, por principio humanitario. Pero eso sí, nuestras empresas en el extranjero ganan cada vez más y eso nos repercute.
Me gustaría saber cómo nos repercute, porque el teléfono nos cuesta lo mismo o más, los bancos nos cobran lo mismo o más y las eléctricas nos cobran el recibo igual que siempre,
o más. Y de las petroleras, mejor no remover las cosas.
En fin, que fue más agradable la semana pasada, que incluía el “dia del pan ” .
Manda huevos que dijo el cartagenero , ágil enterrador.

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