“Cuando decides dedicarte a ser entrenador sueñas con momentos como los vividos en los ascensos de Águilas, Pulpí y Lorca”
Entrevista a Sebas López, entrenador aguileño que este año ha logrado el tercer ascenso a Segunda RFEF en tan solo cinco años
Entrevista realizada por Ginés Jesús Gómez M.
Desde el Grupo Actualidad entrevistamos al aguileño Sebas López, actual entrenador del Lorca Deportiva y el único entrenador que ha logrado tres ascensos a Segunda RFEF en tan solo cinco años.
Enhorabuena por el ascenso con el Lorca Deportiva, el tercero para usted en cinco años. Llegó en noviembre a un equipo que no parecía llamado al ascenso y, sin embargo, lograsteis proclamaros campeones y subir a falta de una jornada para finalizar la temporada. ¿Cómo valora la temporada?
Sí, yo creo que el equipo tenía un gran potencial. Eran jugadores de un nivel altísimo para Tercera División y, al final, creo que dieron la versión que tenían que dar. Nosotros lo único que hicimos fue no molestarlos, ayudarlos, hacerles ver que podían dar un poco más. Se convencieron de que eran capaces de dar ese pasito más que era necesario. Cuando creas una plantilla con ambición, tienes que sobreponerte muchas veces a campos complicados, arbitrajes o rivales. A veces, esa presión puede superarles. Hicimos un análisis y había jugadores que estaban rindiendo por debajo de lo esperado y al final encontraron su mejor versión.
¿Se considera un entrenador duro o más bien cercano con el jugador?
Yo creo que son etapas. Al final tú vas haciendo un camino y tus inicios son de una forma y, poco a poco, vas encontrando tu mejor versión. Empiezas con jugadores menos profesionales y acabas con más profesionales, y no a todos se les puede tratar igual. Cada uno tenemos una forma de ser y yo soy un entrenador seco, directo y me gustan las cosas bien hechas. No me gusta las cosas a mitades. Algunos me verán como demasiado serio, otros como exigente. Pero los resultados están ahí.
¿Seguirá en el Lorca tras el ascenso?
En principio sí. Tengo una temporada más de vinculación. Pero bueno, ya sabéis, los contratos están firmados y lo normal es que se cumplan, pero si no consideran que deba de continuar no habrá ningún problema. Me hace mucha ilusión seguir. Me siento identificado, no solo por los resultados, sino por el trato que estoy recibiendo. Estoy muy agradecido por la oportunidad que me han dado.
¿Qué objetivo se marca para la próxima temporada en Lorca Deportiva?
Cuando asciendes, el primer objetivo es asentarte en la nueva categoría. Ganar credibilidad a nivel de nombre, infraestructura y recursos. Empezamos en una categoría nueva, y creo que estaremos en esa carrera por configurar una plantilla que esté entre los 12 mejores. Hay que tener respeto por la categoría y no creo que sea conveniente decir que vamos a ascender otra vez. Vamos paso a paso, con los pies en el suelo.
¿Cuál cree que fue el punto clave de la temporada, el punto de inflexión que cambió la dinámica del equipo?
Hubo varios, pero tuvimos una salida difícil a Pulpí, donde no nos merecimos ganar, sufrimos mucho, y aun así sacamos el partido. Ahí los jugadores se dieron cuenta de que esto no iba a ser fácil y se pusieron el mono de trabajo. Otro partido clave fue contra el del UCAM B, que prácticamente no nos generaron peligro y el equipo empezó a consolidarse, a ser sólido y dominador. También que los jugadores de arriba empezaran a tener esa personalidad con balón.
¿Cómo vivió el día del ascenso a Segunda RFEF tras ganar fuera de casa?
Con mucha alegría. Han sido ocho meses casi sin dormir. El cuerpo técnico, mientras la gente celebra, sigue pensando y analizando al siguiente rival. Se hicieron movimientos clave en Navidad, se hizo un trabajo muy bueno desde la dirección deportiva y desde el cuerpo técnico; y cuando ya consigues ese objetivo tan ansiado, parece que por fin respiras. No pensaba que íbamos a subir en el campo del Bala Azul, no pensaba que el Cieza fuera a fallar… Pero cuando se consigue ese objetivo, que estaba tan lejano cuando cogimos el equipo, sientes orgullo y satisfacción.
Y el último partido en casa, con gol al final, con un jugador menos, celebrando el ascenso y el campeonato frente a la afición… ¿cómo lo vivió?
La verdad que yo no tengo nada malo que decir de las aficiones, siempre donde he estado me han apoyado, me han animado y me han ayudado, incluso en los malos momentos he sentido siempre el cariño de la gente; y aquí en Lorca no ha sido menos. Ha habido momentos difíciles, que nos han ayudado. El día del partido contra el Bala Azul, por ejemplo, viajaron casi 1.200 personas. Eso significa que la afición de Lorca se ha reactivado y es una afición importante a nivel regional. Es una localidad cuya afición al fútbol estaba un poco apagada, pero ojalá que hayamos conectado con ellos.
Una figura clave en esta temporada en el Lorca también ha sido el aguileño Ramón Arcas, capitán y con quien coincidió también en Águilas.
Ramón siempre ayuda desde dentro del vestuario, igual que Lulú, Galeano y Carrasco, que son los cuatro capitanes. En cuanto a Ramón se refiere, ha jugado más o ha jugado menos, pero siempre sumó y ayudó con su mejor versión. Nunca tuvo una mala cara, siempre profesional. Ha ayudado a que el Lorca creciera y es de agradecer que jugadores como Ramón, con tanta experiencia y con tanto currículum, se sientan identificados y que hayan conseguido que el Lorca esté ahí.
Ha ascendido con el Pulpileño, con el Águilas, con el Lorca. Tres ascensos en cinco años, en tres equipos diferentes…
Ahora hay muchos bueno entrenadores que no tienen la oportunidad que yo, gracias a la suerte y al trabajo, he tenido de trabajar con buenos cuerpos técnicos, con buenos jugadores, con directivas que respetan el trabajo… Estoy muy contento con lo logrado, al final cuando te sacas las titulaciones y visualizas qué te gustaría hacer, hemos logrado algo que era impensable como es ascender a tres equipos como el Pulpileño, el Águilas y el Lorca. Y ahora nos toca seguir, queremos más. En el fútbol nadie se acuerda de lo que hiciste, te valoran por lo que haces en cada momento. Ahora toca una etapa en la que tenemos otro reto y ojalá que tengamos la suerte de hacer una buena temporada en Segunda RFEF.
¿Es consciente de que ha hecho historia en la comarca con estos tres ascensos?
Llevo mucho tiempo en el mundo del fútbol, pero estoy contento porque mucha gente de Lorca son amigos míos. Águilas es mi pueblo, aquí nací y aquí me moriré, y me siento muy orgulloso de haber contribuido a ese ascenso. Y en Pulpí también, apostaron por nosotros y lo agradezco. Quizás con el tiempo veamos lo que hicimos a nivel regional en esta categoría, en Tercera RFEF. Si he logrado hacer felices a tantas personas, me alegro. El fútbol es de las pocas cosas que une a la gente y que nos hace olvidar los problemas que tenemos; así que, si he contribuido a que mucha gente de Pulpí, Águilas o Lorca se olviden de sus problemas, pues me siento encantando. Recuerdo las caras de felicidad el día del ascenso del Pulpileño, las caras de felicidad el día del ascenso del Águilas cuando ascendemos contra el Ciudad de Murcia, y las caras de felicidad el día del ascenso en el Lorca Deportiva frente al Bala Azul. Cuando eliges dedicarte a esto sueñas con estos momentos y con hacer feliz a tanta gente.
Ha sido también futbolista, y ahora entrenador. ¿Con qué se queda?
Sin duda, con ser jugador. Como jugador te llevas tus problemas a casa, y cuando eres entrenador te llevas los tuyos, los de la afición, los del presidente, los de los jugadores, los del cuerpo técnico… Si hacemos una suma de problemas, está claro. El entrenador es el que nunca para, el que nunca duerme, el que no descansa. Cuando eres jugador, si no juegas te cabreas con tu situación, no te sientes tan identificado con el resto de situaciones que pueda vivir un entrenador. Hoy en día el entrenador tiene que saber de psicología, de gestión emocional, tanto de los jugadores y el cuerpo técnico como el de la afición. Es muy diferente a ser jugador.
¿Cuál fue su momento más especial como jugador y cuál como entrenador?
Como jugador, el debut con el Real Murcia en Segunda A, contra el Compostela, el líder de la categoría. Yo era muy joven, tenía 18 años, y fue un momento que se te queda grabado. Y como entrenador tengo varios. Un momento que se me quedó grabado fue el primer año en Huércal-Overa, fue muy especial, con jugadores que no estaban acostumbrados a jugar ese tipo de partidos y vivimos momentos muy especiales de un año histórico consiguiendo disputar la fase de ascenso. También en Pulpí y por supuesto en el equipo de mi pueblo, en Águilas. Y, por supuesto, este año en Lorca. Pero si tuviera que elegir momentos puntuales: cuando pita el árbitro en los tres ascensos. Esos momentos de alivio y emoción no se olvidan nunca.
Para terminar la entrevista, ¿qué ha cambiado del Sebas que comenzaba a entrenar en el fútbol base de Águilas, en fútbol-7, al Sebas de ahora?
Todo. Trabajar con niños te marca, es algo muy enriquecedor. Con el paso del tiempo siguen saludándome por la calle y alegrándose de verme. Pero el fútbol evoluciona y tú tienes que hacerlo también, adaptándote a las nuevas tecnologías. Creo que he cambiado en todo, en cuanto al trato, a la forma de expresarme, al análisis de los rivales. En el fútbol base no hay tanta exigencia, es más formativo. Allí lidiabas más con los padres; en Tercera, con vestuarios y afición. Pero trabajar con niños es muy enriquecedor. Son sinceros, sin filtros, y los adultos no tanto. Yo invito a la gente a que trabaje con niños y que les enseñe y que les haga disfrutar del deporte y, sobre todo, del trato, que le hablemos con educación y que tengamos ese trato cordial. Luego más arriba es diferente.
Pues hasta aquí la entrevista, Sebas. Muchas gracias, enhorabuena por todo lo conseguido y mucha suerte en la próxima temporada.
Muchas gracias por vuestra atención y por darnos cobertura. Encantado de la entrevista y cuando necesitéis algo, aquí estaremos.